Parece que finalmente la climatología tiende a
mejorar. No así el resto de cosas. Lo último que hemos sabido es la
intervención-nacionalización de Bankia, el banco resultante, de la absorción
por parte de Caja Madrid de Bancaja y una serie de cajas menores. Al parecer,
los numerosos activos tóxicos (Ladrillo ladrillete, de aquellos polvos, estos
lodos) aconsejan una recapitalización por parte del estado, para evitar males
mayores.
Rodrigo Rato (Una de las grandes esperanzas
blancas del neoliberalismo español) ha dimitido-le han cesado. Rato, un
representante de la pasta de toda la vida. Miembro del PP. Añorado y recordado
como uno de los artífices del “Milagro español”. Aquella burbuja tan bonita que
cambiaba de color cuando le daba el sol y que cuando explotó nos dejo casi 6
millones de parados (No todo es culpa de Zapatero, aunque fue durante su etapa
cuando petó la susodicha burbuja). Se ha ido-le han echado. Desde las tertulias
derechosas defienden la trayectoria de este “prócer”. Ayer oí en Onda Cero, que
la periodista Carmen Gurruchaga , había publicado el
día antes de la nacionalización, una biografía laudatoria del cesado banquero
¡Que casualidad! Esta mañana zapeando por las ondas de camino al trabajo, he
escuchado unas declaraciones de Esperanza Aguirre, echándole la culpa de la
nacionalización al gobernador del banco de España (Puesto por el anterior
gobierno) Seguramente algo de culpa tiene, al menos de la ocultación de la
situación real, del banco pero una de las personas menos indicadas para hablar es la presidenta
de la comunidad de Madrid. Aún recordamos sus palabras, captadas por un
micrófono abierto, en las que se alegraba de que “el hijoputa” refiriéndose a
su íntimo enemigo, Alberto Ruiz Gallardón se hubiese quedado sin un
representante en el consejo de administración de la entonces Caja Madrid.
Las cajas son las entidades bancarias en las
que los españoles hemos depositado nuestros ahorros y nuestra confianza desde
hace muchísimo tiempo. Pero han acabado siendo el monedero de los políticos y
un lugar para enchufar a sus amiguetes, dentro de este gran disparate que es el
estado de las autonomías.
Se acerca el primer aniversario de lo que se
dio en llamar movimiento 15-M. Un movimiento que tuvo bastante eco
internacional y que al menos en un principio, fue algo espontáneo surgido en
las redes sociales. En algún pos anterior he dicho que en España nunca ha
habido una verdadera revolución y que cuando salen los descontentos a la calle,
cada uno sale por un motivo distinto. Me temo que esto es lo que va a volver a
pasar esta vez. Volverán a salir: Trabajadores públicos descontentos con los
recortes, parados descontentos con su situación, descontentos afectados por las
hipotecas, descontentos con el gobierno, descontentos con la vida e incluso
aficionados del Atlético de Madrid, contentos por haber conquistado la Europa League.
Corría más o menos el año 1080. Ya había pasado
tiempo desde el final del Califato de Córdoba, aquella época dorada en la que
la mayoría de la península estaba unificada bajo la bandera de los Omeyas. Por
aquellas fechas, el pujante reino de Castilla con Alfonso VI “el batallador” en el trono, se
hacia con una fortaleza en la parte norte del reino taifa de Toledo, conocida
como Mayrit y más tarde castellanizada como Madrid. Vivía en aquel villorrio un
labriego llamado Isidro. Un simple siervo unido a la misma tierra que
trabajaba. Isidro era muy devoto, tanto, que los otros siervos le acusaron ante
el señor feudal de incumplir sus obligaciones a causa de pasar muchas horas
rezando. El señor quiso comprobar aquella negligencia de su vasallo y fue una
mañana al campo que Isidro tenía el encargo de arar. Cual no sería su sorpresa
al ver a Isidro rezando, alejado de la tierra de labor y en la misma, a los
bueyes arando solos.
En esta época que nos ha tocado vivir, es
imposible que se produzca un milagro parecido y no es porque no haya seguidores
de la doctrina de San Isidro de “A Díos rogando y con el mazo dando” Es por que
una manada de lobos se ha comido a los bueyes y somos nosotros los que tenemos
que tirar del arado. Además, esos mismos lobos nos exigen nuevos sacrificios.
Quieren nuestras ovejas y nuestras cabras y amenazan con comernos si no se las
damos.
¡En fin! Si salen a la calle tengan cuidado
con los lobos y también con la primavera que es muy traicionera. Ya se sabe
“Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo”
Doctor Miriquituli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario