sábado, 8 de junio de 2013

HASTA EL CUARENTA DE MAYO....


Parece que la primavera este año es como dicen que tiene que ser la primavera… o no, pero ¿Qué es realmente la primavera, aparte de la posición relativa de unos cuerpos celestes respecto de otros?

 

Recuerdo de cuando era un chaval, a un vecino que ya murió. Era un borrachín con mucha clase que se las daba de literato. Aunque que yo sepa, nunca escribió nada o al menos no han trascendido sus escritos. En cualquier caso, su cultura y erudición eran innegables. Contaban las malas lenguas, que su familiares, hartos de su afición por el sople, tomaron la decisión encerrarlo en casa hasta que se curase, pero mi vecino el literato, como hombre imaginativo que era, se bebió un frasco de Barón Dandy mezclado con Coca Cola

 

¿Recuerdan aquellos perfumes, que se regalaban antiguamente y que finalmente acababan expuestos en el baño, dándole un toque fino a tan humilde estancia del hogar?

 

El caso es que una vez, durante una primavera ya lejana, subía yo con mi vecino en el ascensor y ante un silencio incomodo, opte por hablar de algo tan aparentemente irrelevante como el tiempo “Parece que hace un poco de frío para lo avanzada que está ya la primavera” dije yo rompiendo el hielo, a lo que mi vecino respondió: “Como decía el poeta: en Madrid no hay primavera, si no días de primavera”

 

Ignoro a que poeta se refería aquel señor tan culto, o si el poeta que pronunció aquel atinado aserto era él mismo, o si simplemente eran los efluvios florales que se le habían subido a la cabeza, tras consumir aquel oloroso cubata durante su forzada cura de desintoxicación.

 

Como últimamente no encuentro nadie con quien meterme en las redes sociales, he vuelto a ver la tele (Ese aparato grande que hay en todos los salones y que suelen acaparar, la mujer y los hijos) He notado un cambio de tendencia en la programación, que me ha sorprendido gratamente. Parece que los programas de despelleje, que abundaba en temas tales como: “La Pantoja guardaba el dinero B en el cajón de las bragas” o “Eres un sinvergüenza que siempre has vivido de Rocío Jurado” o “Es cierto que me pico una araña venenosa mientras practicaba sexo anal con mi novio en Miami Beach” han dejado paso a otros en los que sale gente trabajando. Sí, como lo oyen TRABAJANDO y en España.

 

Hay en la parrilla televisiva un par de programas que tratan sobre cocina: Master Chef y Pesadilla en la cocina, de los que me gustaría decir algo.

 

Master Chef es un reality, en el que en lugar de hacer convivir de una manera ociosa, a gente conflictiva y con adicciones varias, tales como: Tabaco, alcohol, drogas, sexo, físico culturismo, etc, junta para trabajar codo con codo, a personas normales cuya pasión es la cocina. Este concurso, dirigido y juzgado por un equipo de reputados chefs, que regentan restaurantes galardonados con estrellas de la Guía Michelín, valora conceptos tales como: el esfuerzo, la imaginación, el trabajo en equipo o el liderazgo; en un ambiente competitivo, pero sano y con pinceladas de fino sentido del humor

 

Pesadilla en la Cocina, es un programa que abunda  en aspectos más canallas que Master Chef. En él, el chef Chicote, ataviado con unas blusas, bastante horteras, pero, al parecer, efectivas comercialmente y que son santo y seña del implacable cocinero, se dedica corregir los defectos y fomentar el potencial de negocios de hostelería ruinosos.  Generalmente, Pesadilla en la Cocina, hace mucho hincapié en el lado escatológico de los locales. Son paradigmáticos en este aspecto: el caso del ratón momificado del lavavajillas, los churretes de grasa de debajo de algunas planchas o ese tuper al fondo de la cámara frigorífica, que contiene unas albóndigas de color verde, pese a que entre sus ingredientes no haya ninguno de ese color.

 

El programa me divierte mucho, pero tengo que decir, que en este país de rica cultura gastronómica y variadísima oferta hostelera, en cualquier barriada o población mediana que se precie, existe un bar al que los lugareños conocen como “El Guarro”  aunque en realidad se llame El Penedillo, El Rincón de Rafa o bar Los Claveles. Este “Guarro” no tiene por que ser un fracaso económico. Muy al contrario, muchos “Guarros” son negocios boyantes. De cualquier modo este tipo de locales, con sus bacterias E coli, su olor a pis de gato, sus cubalitrones de garrafón y su aceitazo rancio. Estos templos del mal comer, que tantas gastroenteritis han provocado entre la gente de mi generación, propiciaron que creciéramos fuertes, inmunizados ante numerosos agentes patógenos y tuviéramos una alta tolerancia a muchas sustancias tóxicas.

 

He mencionado solamente estos dos programas, pero en esta línea de mostrar una actitud constructiva, hay bastantes más, tanto producidos en España como en otros países. Programas que arreglan cosas, que reforman, que fabrican, que compran y que venden. En pocas palabras, que transmiten unos valores hasta ahora se echanban de menos en otros espacios televisivos de gran éxito y en general en el ideario de nuestra sociedad.

 

En este mes de mayo se ha reducido en aproximadamente cien mil personas el numero de desempleados. Algunos quieren ver en este hecho, el principio del fin de la crisis que desde hace tantísimo tiempo sufrimos. Otros, ven estas cifras como algo coyuntural, algo propio de una estación en la que potentes sectores de nuestra economía tiran del empleo. Si quieren saber lo que opino sobre estos posibles brotes verdes, como de costumbre, me remito a la sabiduría popular.

 

“HASTA EL CUARENTA DE MAYO, NO TE QUITES EL SAYO”

 

 

 

Dr Miriquituli