Parece que la primavera este año es como
dicen que tiene que ser la primavera… o no, pero ¿Qué es realmente la primavera,
aparte de la posición relativa de unos cuerpos celestes respecto de otros?
Recuerdo de cuando era un chaval, a un
vecino que ya murió. Era un borrachín con mucha clase que se las daba de
literato. Aunque que yo sepa, nunca escribió nada o al menos no han trascendido
sus escritos. En cualquier caso, su cultura y erudición eran innegables.
Contaban las malas lenguas, que su familiares, hartos de su afición por el
sople, tomaron la decisión encerrarlo en casa hasta que se curase, pero mi
vecino el literato, como hombre imaginativo que era, se bebió un frasco de
Barón Dandy mezclado con Coca Cola
¿Recuerdan aquellos perfumes, que se
regalaban antiguamente y que finalmente acababan expuestos en el baño, dándole
un toque fino a tan humilde estancia del hogar?
El caso es que una vez, durante una
primavera ya lejana, subía yo con mi vecino en el ascensor y ante un silencio
incomodo, opte por hablar de algo tan aparentemente irrelevante como el tiempo
“Parece que hace un poco de frío para lo avanzada que está ya la primavera”
dije yo rompiendo el hielo, a lo que mi vecino respondió: “Como decía el poeta:
en Madrid no hay primavera, si no días de primavera”
Ignoro a que poeta se refería aquel señor
tan culto, o si el poeta que pronunció aquel atinado aserto era él mismo, o si simplemente
eran los efluvios florales que se le habían subido a la cabeza, tras consumir
aquel oloroso cubata durante su forzada cura de desintoxicación.
Como últimamente no encuentro nadie con
quien meterme en las redes sociales, he vuelto a ver la tele (Ese aparato
grande que hay en todos los salones y que suelen acaparar, la mujer y los
hijos) He notado un cambio de tendencia en la programación, que me ha
sorprendido gratamente. Parece que los programas de despelleje, que abundaba en
temas tales como: “La Pantoja guardaba el dinero B en el cajón de las bragas” o
“Eres un sinvergüenza que siempre has vivido de Rocío Jurado” o “Es cierto que
me pico una araña venenosa mientras practicaba sexo anal con mi novio en Miami
Beach” han dejado paso a otros en los que sale gente trabajando. Sí, como lo
oyen TRABAJANDO y en España.
Hay en la parrilla televisiva un par de
programas que tratan sobre cocina: Master Chef y Pesadilla en la cocina, de los
que me gustaría decir algo.
Master Chef es un reality, en el que en
lugar de hacer convivir de una manera ociosa, a gente conflictiva y con
adicciones varias, tales como: Tabaco, alcohol, drogas, sexo, físico culturismo,
etc, junta para trabajar codo con codo, a personas normales cuya pasión es la
cocina. Este concurso, dirigido y juzgado por un equipo de reputados chefs, que
regentan restaurantes galardonados con estrellas de la Guía Michelín, valora
conceptos tales como: el esfuerzo, la imaginación, el trabajo en equipo o el
liderazgo; en un ambiente competitivo, pero sano y con pinceladas de fino
sentido del humor
Pesadilla en la Cocina, es un programa
que abunda en aspectos más canallas que
Master Chef. En él, el chef Chicote, ataviado con unas blusas, bastante horteras,
pero, al parecer, efectivas comercialmente y que son santo y seña del
implacable cocinero, se dedica corregir los defectos y fomentar el potencial de
negocios de hostelería ruinosos. Generalmente, Pesadilla en la Cocina, hace
mucho hincapié en el lado escatológico de los locales. Son paradigmáticos en
este aspecto: el caso del ratón momificado del lavavajillas, los churretes de
grasa de debajo de algunas planchas o ese tuper al fondo de la cámara
frigorífica, que contiene unas albóndigas de color verde, pese a que entre sus
ingredientes no haya ninguno de ese color.
El programa me divierte mucho, pero tengo
que decir, que en este país de rica cultura gastronómica y variadísima oferta
hostelera, en cualquier barriada o población mediana que se precie, existe un
bar al que los lugareños conocen como “El Guarro” aunque en realidad se llame El Penedillo, El
Rincón de Rafa o bar Los Claveles. Este “Guarro” no tiene por que ser un
fracaso económico. Muy al contrario, muchos “Guarros” son negocios boyantes. De
cualquier modo este tipo de locales, con sus bacterias E coli, su olor a pis de
gato, sus cubalitrones de garrafón y su aceitazo rancio. Estos templos del mal comer, que tantas
gastroenteritis han provocado entre la gente
de mi generación, propiciaron que creciéramos fuertes, inmunizados ante
numerosos agentes patógenos y tuviéramos una alta tolerancia a muchas
sustancias tóxicas.
He mencionado solamente estos dos
programas, pero en esta línea de mostrar una actitud constructiva, hay
bastantes más, tanto producidos en España como en otros países. Programas que
arreglan cosas, que reforman, que fabrican, que compran y que venden. En pocas
palabras, que transmiten unos valores hasta ahora se echanban de menos en otros
espacios televisivos de gran éxito y en general en el ideario de nuestra
sociedad.
En este mes de mayo se ha reducido en
aproximadamente cien mil personas el numero de desempleados. Algunos quieren
ver en este hecho, el principio del fin de la crisis que desde hace tantísimo
tiempo sufrimos. Otros, ven estas cifras como algo coyuntural, algo propio de
una estación en la que potentes sectores de nuestra economía tiran del empleo.
Si quieren saber lo que opino sobre estos posibles brotes verdes, como de
costumbre, me remito a la sabiduría popular.
“HASTA EL CUARENTA DE MAYO, NO TE QUITES
EL SAYO”
Dr Miriquituli