lunes, 30 de junio de 2014

EL MAYOR LADRÓN DE ESPAÑA SE VISTIÓ DE COLORADO


Poco a poco, el cuerpo se va acostrumbrando a los rigores veraniegos a la espera de las merecidas y anheladas vacaciones. Los horarios de actividad de la gente en una tierra calurosa como esta varían. Durante las horas más calurosas del día, el personal hace la siesta y retoma su actividad cotidiana cuando los rayos del astro rey declinan y permiten deambular confortablemente por calles y campos. Estas noches claras y perfumadas invitan a sacarse la sillita al fresco para conversar con otros noctámbulos u observar y ser observado por los millones de ojos del firmamento, testigos mudos de todos nuestros actos y a los que normalmente no tenemos en cuenta, salvo en estas cortas noches de verano.

 

La siesta y la vida nocturna son dos costumbres muy españolas, por las que somos criticados y envidiados a partes iguales, pero que en mi opinión son necesidad y consecuencia respectivamente de las circunstancias climáticas antes descritas.

 

Otras costumbres españolas, si criticadas pero nada envidiadas, se repiten cíclicamente y pese ser consideradas por el común de los mortales como hechos calamitosos, siguen y siguen produciéndose en nuestros días sin que sepamos muy bien como hemos llegado a un grado de podredumbre semejante.
 
 
 
Tengo que decir que ni mucho menos, estas malas costumbres no son privativas de los españoles, pero en nuestro país se dan y se toleran más que en otros países a los que nos queremos parecer, haciendo que en el español de a pie se desarrolle un cierto complejo de inferioridad en lo social con respecto dichos países.

 

Voy a contar brevemente la “versión Dr Miriquituli” de una historia que sucedió hace algunos siglos cuando aún en la “Marca España” “Jamás se ponía el sol” no como ahora que es algo con bastantes más sombras que claros en mi modesta opinión.

 

Felipe II (Un rey al que sin ninguna duda hay que reconocerle que cada minuto de su vida lo dedicó a trabajar en pos de una idea que, equivocada o no, él tenía de España) agonizaba con el final del siglo en el monasterio de San Lorenzo del Escorial. Al “rey Prudente” le sucedió su hijo Felipe III “el Piadoso”, menos dotado para el trabajo que su difunto padre y mas interesado en los asuntos de alcoba y sacristía que en los de gobierno.

 

Desde joven, el nuevo rey había tenido como amigo a un noble relativamente poco importante, el marqués de Denia, posteriormente nombrado por este Duque de Lerma, un descendiente lejano de los duques de Gandia y por ende de Alejandro VI Borgia, el number one de los papas mediáticos del renacimiento.

 

Personas del entorno del rey vieron la influencia que el duque de Lerma tenía sobre este y trataron de evitarla. Primero su tía María de Austria y más tarde su mujer Margarita.

 

Para evitar la influencia negativa hacia los intereses de Lerma, que ejercía sobre el rey su tía María, recluida en las Descalzas Reales de Madrid, el duque en 1601, convenció al rey para trasladar la corte a Valladolid. Previamente había comprado numerosas propiedades en la ciudad castellana, que al pasar a ser la capital del reino, se revalorizaron enormemente. Algunos inmuebles se los vendió el duque a la corona fijando él mismo el precio, como por ejemplo el Palacio de Francisco de los Cobos que se convirtió en palacio real. A parte de este pelotazo inmobiliario, obtenido manejando información privilegiada, el Duque de Lerma les saco una jugosa comisión a los vallisoletanos por el traslado de la corte a su ciudad. El año 1603 repitió la jugada con mayor éxito si cabe, haciendo volver la corte a Madrid.

 

No quiero ni imaginar todo el bien que este habilidosísimo político hubiera podido hacer si en lugar de obrar en beneficio propio y de su camarilla, lo hubiera hecho en beneficio de su país… El caso es que, ya viejo, el duque perdió su influencia a favor de nuevos validos reales como el Conde-Duque de los Olivares y se vio acosado por las acusaciones de corrupción que afectaron a sus más allegados, como Rodrigo Calderón de Aranda, conocido como “el Valido del Valido” que fue decapitado en la Plaza Mayor de Madrid.

 

Para evitar una posible condena, el viejo duque en 1618, obtuvo del Papa el capelo cardenalicio. Ser miembro de la Iglesia suponía quedar fuera del alcance de la justicia real, ya que la Iglesia tenía su propio fuero y a Lerma cardenal, solamente le podía juzgar el Romano Pontífice, al cual había untado con regia generosidad. Esta maniobra del Duque, provocó que en el reino circularan estas coplillas atribuidas a Francisco de Quevedo:

 

El mayor ladrón de España

Para evitar ser ahorcado

Se vistió de colorado…

 

Francisco de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma, acabó sus días en el “pequeño Escorial” (El monasterio de San Lorenzo del Escorial era el símbolo por antonomasia del poder imperial español y con la construcción del palacio ducal, su propietario quería dejar bien claro quien era el que de verdad mandaba) que con su gran fortuna se había construido en la capital de su ducado, la burgalesa villa de Lerma y que hoy es parador nacional de turismo.

 

España es un país con un número aproximado de aforados (Personas que disfrutan de un fuero especial y que a priori, no pueden ser enjuiciados por la justicia ordinaria) cercano a los diez mil. Este hecho es piedra de escándalo dentro y fuera de nuestras fronteras. Estos aforados, ante casi cualquier delito que puedan cometer, dilatan aún más la ya de por sí lenta acción de la justicia española, lo que en la inmensa mayoría de los casos les permite irse de rositas, después de habernos dejado a todos en el chasis y con cara de gilipollas.

 

Recomiendo a cualquier lector de este blog  partidario de “vestir de colorado” a algún hombre poderoso de este país que haya abdicado de su cargo, que se de una vuelta por el Museo del Prado de Madrid y ante el magnífico retrato ecuestre que Pedro Pablo Rubens pintó del Duque de Lerma, contemple el desprecio hacia sus semejantes que se refleja en los incisivos ojos de aquel otrora altivo personaje.

 

Dr Miriquituli.

viernes, 20 de junio de 2014

¡TE QUIERO MUÑECA!


¿Fetichista? No lo se,  posiblemente. El diccionario define el fetichismo como un gusto sexual poco convencional hacia objetos prendas, partes del cuerpo, etc. Yo, de toda la vida, me he excitado con las muñecas, pero para mí las muñecas no son solamente un mero vehículo de excitación ¡Yo amo a las muñecas!

 

Cuando apenas era un tierno infante, mi madre me dejaba en casa de la vecina de vez en cuando para ir a la compra o realizar algún recado. El caso es que aquella vecina, Pepita, tenía una hija un tanto repipi que tenía su habitación repleta de muñecas. Desde la cama y desde las estanterías, decenas de fijos ojos vitrificados me miraban incitadores. Un día doña Pepita y su hija me sorprendieron en cueros, con el pito muy tieso, tumbado en la cama con una muñeca de exuberantes y rubios tirabuzones a la que había despojado de su vestido de pastorcilla, sombrero y cayado incluido.

 

-¿PERO QUE HACES JORGITO?- Dijo doña Pepita visiblemente azorada al sorprenderme en tan comprometida situación.

 

Yo, con la espontaneidad propia de mis pocos años  le conteste –Hago lo que papa y mama hacen por las noches en la cama, porque quiero a esta muñeca pastorcilla y me voy casar con ella cuando seamos mayores.-

 

Bien por su natural bondadoso o bien por que en su casa con un marido borracho y putero y una hija mayor a la que se beneficiaba cualquier macarra que le diese una vuelta en moto, incluso si la moza estaba de buenas, se la pasaban por la piedra los que venían andando; doña Pepita tenía motivos bastantes para callar. La que nunca me perdonó aquello fue Susanita, la hija menor de los vecinos. Cada vez que me veía, me miraba como a un apestado y nunca más permitió que volviera a entrar en su cuarto, el cual recuerdo como un paraíso perdido.

 

Andando ya en la preadolescencia, exploraba otros modos de relación con los seres de plástico. La aparición de los Madelman y más delante de los Geyperman hicieron que durante un tiempo me desviase de mi estricta heterosexualidad. Pero esa momentánea incursión en sexo gay, básicamente era un asunto de voyeurismo. Me gustaba ver como el cazador de montaña le bajaba los pantalones y le desabrochaba la guerrera al oficial de la Wergmach, mientras el buceador de combate hacia cabriolas sobre el tanque con un soldado del Ejercito Rojo. Al final las aguas volvieron a su cauce y en mis juegos con los muñecos de acción tomaba parte Barbie, a la que los susodichos aguerridos militares ponían mirando a Cuenca y a otros muchos lugares igualmente dignos de ser admirados.

 

Durante la transición, mis amigos del cole andaban matándose a pajas con las películas del destape y las fotos del Interviú, yo estaba tranquilo. Pero entonces llegaba la Navidad y toda mi aparente calma se derrumbaba como un frágil castillo de naipes. Aún resuena machaconamente en mi cabeza esa musiquilla insidiosa…

 

Las muñecas de Famosa se dirigen al portal

Para hacer llegar al Niño su cariño y amistad…

 

¡Dios! Era (Y aún es) ver aquellas muñecas fabricadas en la industriosa localidad alicantina de Ibi caminando hacia el portal de Belén y ponerme palote en el acto.

 

Ya en mi juventud, había citas sexuales obligadas. Cuando el Corte Inglés anunciaba con bastante tiempo el cambio de una estación a otra “YA ES PRIMAVERA EN EL CORTE INGLÉS”, el menda estaba allí el primero a ver como los escaparatistas desnudaban a los maniquíes para ponerles la ropa de la nueva temporada. Lo malo es que al percatarse de mi presencia, los operarios de los grandes almacenes, cubrían con papel de envolver los escaparates y si veían que seguía merodeando por la zona, llamaban a la policía. No fueron pocas las tardes que pasé en comisaría, pero al no poder acusarme de nada concreto, no les quedaba más remedio que soltarme.

 

Muchos han sido los amores que he tenido desde que alcancé la edad adulta. Primero muñecas hinchables de poco precio y más tarde, caras maniquís de látex, que incluso hablan cochinadas y tienen movimientos succionadores en sus orificios, pero de todas, más tarde o más temprano me he acabado cansando.

 

Ya resignado a un pasar yermo y sin amor por este valle de lágrimas, iba tirando como tantos españoles tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, ganándome la vida como podía con trabajillos de poco más o menos. Como madrugaba mucho, a eso de las once de la mañana, todos los días almorzaba en un bar del polígono industrial. Unas ricas porras mojadas en café con leche me hacían olvidar durante un rato mi triste existencia, pero luego, al retomar mis labores, sentía como que estaba perdiendo mi vida, como si esta se me estuviera yendo por el desagüe sin cuajar en nada productivo. Este era mi sentir hasta que la vi a ella…

 

Como todos los días, a las once en punto como un clavo, estaba yo mojando la porra, cuando se abrió la puerta del bar. Me percaté de ello por que era invierno y en la calle hacía un frió pelón de acojonar. Con movimientos renqueantes, una figura femenina se situó a mi lado en la barra. La mujer dio educadamente los buenos días a los que contesté con un gruñido y seguí a lo mío. Cuando acabé de almorzar, extendí mi brazo para coger una servilleta y entonces ocurrió algo… Sin querer roce la mano de la mujer que se había sentado a mi lado y sentí un tacto inconfundible ¡ERA DE PLASTICO! Aquella mujer tenía un brazo ortopédico ¡Un brazo como de muñeca!  Un latigazo de electricidad erizó todo el vello de mi cuerpo. Alce la vista y me tope con dos ojos azules de desigual mirada; uno recorría mi anatomía de arriba abajo y otro permanecía fijo en el infinito, una mirada que yo conocía bien; la misma que tenían las muñecas del cuarto de Susanita…

 

Carraspeé, me armé de valor y comencé a hablar –Buenos días señorita. Disculpe que la importune, pero no he podido por menos que fijarme en sus hermosos ojos azules y si no tiene inconveniente cuando salga del trabajo me gustaría invitarle a una Fanta o a una lata de berberechos o a lo que usted guste, porque sepa usted que me parece preciosa…

 

Ante mi alarde de verbosidad, la mermada dama, al principio pareció acojonarse, pero viendo que mi interés por ella era genuino, finalmente accedió a mi petición y quedamos en ese mismo sitio para cuando los dos saliésemos del trabajo.

 

Yo esperaba impaciente en el bar con una rosa envuelta en celofán comprada en los chinos. Al poco rato llegó ella con su andar renqueante. Pedimos unas consumiciones y ocupamos una mesa en una esquina del local. Mari Ángeles que así es como se llama, me contó que hacia ya bastantes años, siendo casi una niña, había sufrido un accidente de tráfico muy grave en el que había perecido toda su familia y ella había perdido un brazo, una pierna y un ojo. En la actualidad estaba trabajando como telefonista en una empresa de transporte y mensajería, lo cual complementado por una pensión de invalidez, le permitía ir viviendo de una manera desahogada. La velada transcurrió de forma amena y cuando terminamos la cena a base de tapas, yo caballero, me ofrecí a acompañarla hasta el vehículo adaptado que le había subvencionado la ONCE. Aquella noche no quería venirse a mi casa, pero yo conseguí echando mano de un poco de persuasión, que cambiase de parecer. Desde entonces vive conmigo, la cuido y me ocupo de que no le falte de nada.

 

¡Que feliz soy! Mari Ángeles es una mujer extraordinaria: Luchadora, comprensiva, educada y en la cama… ¡Como es en la cama! Siempre está dispuesta a satisfacer cualquiera de mis fantasías sexuales. El otro día se vistió de muñeca legionaria sólo para mí.

 

Se que esta noche me reserva algo especial. Sospecho lo que es y ardo en deseos de estar junto a ella, por eso queridos lectores de este blog os voy a dejar. Mi amada me espera…

 

Un individuo más cercano a los cincuenta que a los cuarenta, abandona una desangelada habitación, en la que tan solo hay: una silla de oficina vieja de mala calidad y una mesa con cuatro patas metálicas que hace bastante tiempo han mudado el revestimiento cromado por óxido. Sobre la mesa un ordenador portátil aún encendido. El hombre recorre la vivienda en dirección a una puerta cerrada al fondo de un pasillo. Todo está sucio y desordenado. Abre la puerta y pulsa un interruptor. Una vieja bombilla de filamento ilumina la estancia abarrotada de trastos: cajas de las que sobresalen brazos y piernas de maniquís, estanterías con muñecas de todo tipo vestidas y desnudas, varias muñecas hinchables y de látex con exuberantes atributos sexuales apoyadas en las paredes y finalmente un pequeño catre sobre el que hay una caja de cartón y plástico transparente como las que suelen contener juguetes sólo que de gran tamaño.

 

Algo se agita dentro de la caja. Al acercarse, el hombre observa durante un instante a la mujer que atada con bridas de plástico y amordazada con cinta adhesiva, yace desnuda dentro del embalaje.

 

-Hola mi amor. He venido a jugar contigo…-

 

El hombre llamado Jorge, saca de un armario un disfraz de pastorcita pulcramente planchado y colgado de una percha, junto con un cayado blanco de madera. Deposita estos objetos al lado de la cama y sale de la habitación. Tras unos minutos vuelve, pero esta vez va ataviado con una vestimenta peluda de color marrón. En sus manos lleva una toalla pequeña y un frasco de cloroformo.

 

-Hoy vamos a jugar a la bella pastorcita y el lobo.-

 

Con dedos temblorosos, Jorge abre la caja que contiene desde hace aproximadamente un mes a Mari Ángeles Sempere, luego vierte un generoso chorro de cloroformo sobre la toallita y lo acerca al rostro de la aterrorizada mujer, la cual, tras el inicial forcejeo finalmente queda inconsciente y relaja todo su cuerpo. Los parpados del ojo bueno se le cierran y el ojo de cristal permanece abierto, como mirando a los ojos de su raptor. Una lágrima resbala por la mejilla de Jorge Fernández, que exclama:

 

-¡TE QUIERO MUÑECA!-

 

Dr Miriquituli.

  

lunes, 9 de junio de 2014

¿PODEMOS?


Hace algún tiempo que no escribo, mejor dicho que no publico nada en este blog que por otra parte es un blog al servicio de sus lectores, los cuales son libres de enviarme cualquier cosa que opinen siempre que sea con respeto y un mínimo de gusto, pero como no podía ser de otra manera, Dr. Miriquituli no puede ser ajeno a los importantes acontecimientos que se están produciendo, por eso: afilo la pluma de ganso, la mojo en el tintero y con pulso firme me dispongo a escribir estas líneas.

 

Tras unos resultados en las pasadas elecciones europeas que podemos calificar como “distintos” o incluso como “esperanzadores” con el ascenso de nuevas fuerzas políticas y un relativo fracaso de los partidos tradicionales, nos enteramos de la lista definitiva de Vicente del Bosque para el mundial de Brasil y comprobamos con estupor y consternación como el mister de la Roja, prescinde de un jugadorazo como Dany Carvajal. Que para su puesto hay otros con más experiencia y más merecedores de ir… puede ser, pero para mí este chaval representa un relevo generacional necesario y creo que el técnico salmantino se equivoca de medio a medio al no incluirle en la lista de los seleccionados para la cita mundialista. Por otro lado, ES UN ESCANDALO MAYUSCULO QUE SE PAGUE UNA PRIMA EN TORNO A LOS 750.000 € A CADA JUGADOR POR GANAR EL MUNDIAL, EN UN PAÍS DONDE MILES DE CIUDADANOS TIENEN QUE RECURRIR A LA CARIDAD PARA PODER COMER CADA DÍA. No estaría mal que estos jugadores, que son unos héroes para muchos españoles humildes, diesen una parte de sus jugosas primas a beneficio de las asociaciones que en esta época tan jodida, han tenido que venir a taponar los agujeros  en la solidaridad social que han dejado las mal llamadas políticas de austeridad de este gobierno y el anterior.

 

El rey… he hablado tanto de este señor, de la institución que encabeza, de sus antepasados, de lo que ha supuesto la monarquía para España, etc que el tema me resulta ya un poco cansino, pero la actualidad manda y la sucesión monárquica, como la punta del iceberg de otros problemas mayores, subyacentes bajo la superficie de las noticias “oficiales” es tema de candente actualidad.

 

Lo primero que no sabemos son las verdaderas causas de por que se ha producido la abdicación en este momento. Los casos de corrupción en torno a la Familia Real y el consiguiente desprestigio de la misma, una cierta premura por sacar adelante la sucesión ante un hipotético gran retroceso de los partidos políticos que sostienen a la monarquía en futuras elecciones, problemas de salud e incluso los asuntos sentimentales del dimitido monarca se cuentan entre las causas probables de su renuncia al trono. Sea como fuere, nos quieren meter de matute a Felipe VI “el Preparado” azuzando contra el populacho desinformado (Cada día menos) el miedo a la apertura de de esa Caja de Pandora que viene siendo la Constitución del 78 y de la que amenazan con escapar la república quema conventos y otros demonios como el de la desintegración territorial de España.

 

Es posible que la figura del Rey como súper embajador de los intereses de las empresas españolas haya funcionado bien… para las empresas. Algo importante sin duda, pero que en los momentos actuales y después de los escándalos de corrupción en los que están implicadas estas grandes empresas españolas, parece que no es algo que de demasiado lustre a la corona.

 

Los diferentes colectivos republicanos, de los que en este blog hemos hablado ampliamente, propugnan un referéndum para elegir entre republica y monarquía. A mí me parece que lo del referéndum a estas alturas del siglo XXI es una cosa de pura lógica. Ningún cargo público puede ser hereditario. Hereditario es el patrimonio de una persona y ni España ni los españoles somos patrimonio de nadie, luego lógicamente, algo tan importante como la jefatura del estado (Aunque carezca de poder decisorio) hay que elegirlo entre todos. Otra cosa es que, a lo mejor no viene tan mal que se entronice (¡Vaya palabro! Me suena a sentase por la mañana en un inodoro Roca) a Felipe y que en lugar de “el Preparado” pase a ser “el Breve” como su antepasado Pipino, el papá de Carlomagno (Aunque este era breve por bajito, que no por lo efímero de su reinado) para que no la acabe cagando tanto mastuerzo suelto que hay en esto del “movimiento republicano” y la plurisecular dinastía borbónica acabe cayendo de madura.

 

Finalmente y como habrán supuesto por el título de este post, también vamos a hablar un poco de Podemos, el partido de Pablo Iglesias, el político de moda.

 

Pablo Iglesias, que curiosamente se llama igual que el fundador del PSOE, ese partido que hace bastante tiempo fue de izquierdas y que ahora se ha convertido en un apéndice de los poderes económicos para mangonear en lo público. El nuevo Pablo, profesor universitario, habla muy bien y ha tenido una impagable promoción televisiva y en redes sociales, lo cual ha permitido obtener a su formación unos magníficos resultados en las pasadas elecciones. Algunas cosas de su discurso huelen como si alguien hubiera sacado del armario la chaqueta de punto de Marcelino Camacho y también tiene esas pequeñas fijaciones de la izquierda española con gente que a todas luces folla poco, como los dirigentes de Cuba o Venezuela, pero hay una cosa que me encanta de él: Ha puesto nerviosa a mucha gente poderosa de este país, por eso los medios de comunicación de los que él llama “la casta”, no han parado de atizarle desde el día de después de las pasadas elecciones europeas.

 

A la pregunta de si ¿Podemos? He de decir que no sólo podemos si no que debemos, debemos abrir la ventana y dejar que entre el aire fresco en la política española. Quiero dejar claro que este voto de confianza no es un cheque en blanco y que como ya nos han engañado mucho, desde Dr. Miriquituli permaneceremos ojo avizor para ver lo que este señor va haciendo.

 

Dr. Miriquituli.